Hoy me gustaría usar este canal para darle un homenaje a una persona que despedimos ayer. Después de más de cuarenta años (que se dice pronto). En realidad desde el año 1974, lo que hace que casi se cumpliera el medio siglo, que llegó a este pueblo, y a la farmacia del mismo.
Aunque no fuese farmacéutico de carrera, sino auxiliar, aquí estuvo al pie del cañón desde el primer día. Y ganándose el respeto de todo el pueblo y de todos los pacientes que por esta farmacia pasaron.
Y por eso quiero usar esta entrada en el blog para recordarlo, no ya como hijo, sino como Farmacia, pues a esta farmacia dedicó gran parte de su vida, a la gente del pueblo, a todas esas personas que vio crecer. Pues este blog pertenece a la Farmacia Crecente y él siempre será parte de la misma.
Don Ángel, como se le conocía por aquí (en aquel entonces el "Don" era algo que se tenía que ganar, y él bien que se lo ganó). A lo mejor alguno aún recuerda su aspecto de cuándo llegó, delgado y espigado, con esa mata de pelo que luego empezó a clarear (y a desaparecer, algo que nunca le gustó). Seguro que alguna memoria hay de cuando le dio por dejarse barba (aunque poco duró, ya que le picaba demasiado). O de los cigarros que encendía uno tras otro (hasta que un día "no más" y así como lo dijo, no volvió a fumar un cigarro en su vida). O de su etapa como juez de paz en el pueblo...
La verdad es que podría contar mil millones de historias y anécdotas de él, pero en lugar de eso, prefiero que sea cada uno de vosotros el que rememore sus andanzas. Que la memoria no se pierda.
Pues al margen de creencias y fe, lo importante siempre es el recuerdo. Pues mientras una persona siga en nuestra memoria, su esencia nunca desaparecerá del todo.
La familia, los amigos y los conocidos siempre tendremos su recuerdo. Y la Farmacia Crecente no sería lo que es hoy en día (ni yo tampoco) sin él.
Y por eso, desde aquí, hoy, quiero decir como Farmacia Crecente: "Gracias por todo, don Ángel"; y como hijo: "Gracias por todo, papá"
En nuestro recuerdo siempre brillarás
Hermosas y gratas palabras en recuerdo de Don Ángel que tan bien nos acogió en el pueblo desde que llegamos. Jamás olvidaré esos detalles de cariño que siempre tenía con mi niña. Su Gracias,gracias,gracias.
Yo convivi poco con él pero siempre tendré como recuerdo los muchos colos que le dio a mi nena, Valeria. Que descanse en paz!